Dicen que la actividad periodística está en crisis. Y me rebelo. Y trabajo con mis alumnos de segundo curso en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna para inculcar la excelencia del producto informativo, al que teníamos algo descuidado. Los ingresos publicitarios a mansalva y el compadreo con el poder político eran una patente de corso que justificaba “más de lo mismo”. El maldito dinero llenaba las arcas sin apenas esfuerzo, mientras no nos dábamos cuenta de que la sociedad cambiaba…

Los profesionales de la Comunicación somos vendedores y, bajo esta premisa, debemos conquistar todos los días. Solo así fidelizamos y recuperamos colinas perdidas. Por eso, nos empapamos de marketing y de nuevas tecnologías y de habilidades multimedia y de la social media que convive junto a la mass media y de un poco de aquello y algo más de lo otro.

Y la exigencia cuesta y, a veces, las cosas no salen como queremos. Pero continuamos ora a regañadientes ora cabreados ora felices. Y al final sale ese reportaje que nos quitaba el sueño… Y seguramente es el primero y la primera vez nunca se olvida…

¡Gracias por el esfuerzo queridos futuros colegas! ¿Quién dijo que iba a ser fácil?

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