¿Se acuerdan del «Je suis Charlie» («Yo soy Charlie»)? Su repercusión fue tal que hasta cambié mi fotografía de portada en Facebook solidarizándome con las 17 personas asesinadas tras el ataque terrorista a la revista Charlie Hebdo este pasado 7 de enero. Incluso, publiqué un post en este blog titulado: «Charlie Hebdo: una portada para la historia«.

Ahora, poco clamor mediático y social he visto contra el asesinato de los 21 cristianos coptos por el grupo autodenominado Provincia de Trípoli del Estado Islámico. Quizás, porque los periodistas no nos vimos atacados. Probablemente, porque la libertad de expresión no se cuestionó… Pero, ¿qué es lo importante?

Esta brutal ejecución a sangre fría acaeció el 15 de febrero en Libia. Y hoy, una semana después, critico mi desidia como profesional de la comunicación. Por eso, he decidido escribir que me siento Copto, al igual que en su día fui Charlie…

La mala noticia es que si la Comunidad Internacional no lo remedia, el irracional y fanático Estado Islámico continuará con su barbarie, al tiempo que seguiremos visualizando a través de las redes sociales, atónitos, decenas de atrocidades cometidas en nombre de Alá.

Yo soy Copto.

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