Ilustración: Mikel Murillo.

De un tiempo a esta parte ejerzo con mis alumnos de Periodismo una necesaria acción de motivación debido a las malas influencias (todo hay que decirlo) de colegas docentes que están de vuelta, de colegas de profesión desencantados y de otras voces negativas que se empeñan en enterrar el ejercicio periodístico.

Salgo al paso de estas apreciaciones del todo infundadas, que solo consiguen desanimar y desorientar a decenas de jóvenes con ganas de enfundarse el mono de trabajo y servir a la sociedad mediática desde el conocimiento de las nuevas tecnologías, modelos de negocio y honestidad de buenos contenidos.

Porque aunque es verdad que la información ya no es patrimonio exclusivo de los periodistas debido a la revolución de la social media, sí son estos quienes deben diferenciarse de la masa gracias a la formación recibida y a un ejercicio profesional que les distinga y les haga erigirse en faros, en referentes.

Y aquí entran las buenas historias que hoy, los expertos en social media y marketing, denominan “Marketing de Contenidos”. Da la impresión que han inventado la pólvora, cuando descubrir, conquistar, enamorar, cautivar, entrevistar, investigar… y contar, en definitiva, buenas historias, es tan consustancial al periodismo como las operaciones aritméticas lo son a las matemáticas. De esto, sin ir más lejos, aprendimos en su día de Gabriel García Márquez y de tantos otros maestros de la profesión.

Esta es la verdad (estimo), aunque estropee una buena noticia…

 

2 Comments

Sonia
marzo 2, 2015

La verdad que argumentos positivos han sido toda una novedad en el aula. Ha sido muy alentador, tendremos que diferenciarnos 🙂

    JLZurita
    abril 5, 2015

    Hola Sonia. Gracias por tu comentario. Y no lo dudes: a los periodistas todavía nos queda mucha tela que cortar…

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