La marabunta ha caído sobre Ana Oramas después de proclamar en la Comisión de Presupuestos de la Cámara Baja que trabaja como una negra y que tuvo un novio trotskista leninista.
Uno de cada cinco muertes por COVID-19 en el Mundo se produce en el reino de Felipe VI. La pandemia deja huella y datos escalofriantes, como que este marzo ha sido el peor mes de nuestra historia en desempleados y en pérdida de afiliaciones a la Seguridad Social.
Los comicios de 2019 supondrán una nueva salida para la diputada socialista y demás servidores del pueblo que necesitan del sueldo gubernamental para llegar con holgura a fin de mes.
El vicepresidente segundo del Cabildo de Tenerife y responsable del área de Empleo, Comercio, Industria y Desarrollo Socioeconómico domina escenarios y situaciones. Maneja las riendas con desenvoltura en bonanza y tormenta. Con desenvultura y firmeza, nada le achanta ni escapa a su control.
Respetito, frescura, valentía y profesionalidad marcan la iniciativa de Benito Cabrera: escuchar el himno de Canarias (el 'Arroró' de Teobaldo Power) en una variada selección de géneros musicales: balada, reggae, música electrónica… Conciencia y alma para unos acordes, dice, que no se conocen suficiente. Probablemente tenga razón. Versiones estratégicas para una sociedad tornilla (con perdón) de reguetón que desconoce quién fue Teobardo Pober, Teobaldo Pagüer o Tegualdo Pouer. Tanto da.
Es lo que tiene la erótica. Dios los cría y ellos se juntan. Se retroalimentan y necesitan para subsistir en lo público. Incluso, hay quienes llevan juntos media vida. Es la confianza que da asco. Es el compadreo de las miradas cómplices o asesinas. Es el coleguismo hipocorístico. Es el pesebre que da calor porque fuera hace frío. Es un circo cada vez más alejado de la calle. Una arena que pagamos todos.
Ella despuntó de jovencita con ZP y él con AO (Ani Oramas). Luego cogieron galones y con las ínfulas a cuestas se subieron sin soberbias a la parra. Y se conocieron en la pista de baile y flirtearon bajo la mirada atenta de sus familias respectivas, separadas por la ideología del carnet. Y llegó la Navidad de 2016...