marzo 4, 2017
A Paco Fumero, como a tantos miles de cristianos, le dolió que en un espectáculo público agraviaran a la Virgen María y a Jesucristo con similar desazón, o más, que si el desaire se hubiera dirigido contra sus progenitores. Efraín Medina sentenciaba con un explícito: “La diferencia nos enriquece. El respeto nos une”. Francisco Cases no ocultaba su dolor, preguntaba por los límites de la libertad de expresión, desbarraba y pedía perdón. Y Drag Sethlas... ¡Qué necesidad!
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