Respetito, frescura, valentía y profesionalidad marcan la iniciativa de Benito Cabrera: escuchar el himno de Canarias (el 'Arroró' de Teobaldo Power) en una variada selección de géneros musicales: balada, reggae, música electrónica… Conciencia y alma para unos acordes, dice, que no se conocen suficiente. Probablemente tenga razón. Versiones estratégicas para una sociedad tornilla (con perdón) de reguetón que desconoce quién fue Teobardo Pober, Teobaldo Pagüer o Tegualdo Pouer. Tanto da.
Es lo que tiene la erótica. Dios los cría y ellos se juntan. Se retroalimentan y necesitan para subsistir en lo público. Incluso, hay quienes llevan juntos media vida. Es la confianza que da asco. Es el compadreo de las miradas cómplices o asesinas. Es el coleguismo hipocorístico. Es el pesebre que da calor porque fuera hace frío. Es un circo cada vez más alejado de la calle. Una arena que pagamos todos.
El presidente de Repsol ha comparado el proceso de prospecciones en Canarias con un dolor de muelas serio, calificando la reacción que se vivió en las Islas entre noviembre de 2014 y enero de 2015 como algo tercermundista. Antonio Brufau ha meado fuera del tiesto. Se ha comportado como una bestia que no ha digerido el rechazo de la bella Mararía, como un tiburón a quien todavía le duele el rechistar del pejeverde.