Fernando Menis y Dulce Xerach

Eran años de universidad y la joven Dulce trajinaba en el Colectivo Libre de Estudiantes (CLE) junto con otras asociaciones como EPAC o ACADE que también tenían representación en el Claustro de La Laguna de Marisa Tejedor, centro académico que ayer viernes, por cierto, vistió muceta y birrete bajo el rectorado del excelentísimo y magnífico Antonio Martinón, nuevo en estas lides, no así del envite político, que de eso entiende un rato. Y de matemáticas, claro. Pues Dulce, decía, se bregó en nuestro Paraninfo y cogió carrerilla para otros parlamentos. En el Cabildo y después, en el manejo autonómico, contendió con la cultura y nos legó el TEA, antes Óscar Domínguez, y El Tanque, antes almacén de crudo y hoy, icono de vanguardia en la ciudad subdelegada que gobierna José Manuel Bermúdez que, con barba, va a la última y gusta más. Hipster. Y creo recordar que, incluso (la erótica del poder), Dulce le regaló, mientras comía en Los Limoneros, sus bragas a Andrés Chaves que, a la sazón, me ha cedido su Pípol de los periódicos La Tarde y Diario de Avisos. Gracias. Y resulta que El Tanque de marras ganó el Premio Canarias de Arquitectura, antes de Manuel de Oraá y Arcocha, en un fallo que se hizo público en el canarión y atlántico CAAM, del que un buen día renegó Martín Chirino. Pero eso es otra historia. Y detrás del reconvertido bidón de CEPSA estaba Fernando, que junto con José María Rodríguez-Pastrana y Felipe Artengo formaron la “Santísima Trinidad” de la arquitectura española, como les bautizó un buen día en el Colegio de Arquitectos el maestro Fernando Higueras. ¡Qué tiempos aquellos del Colegio de Arquitectos! ¡Quién lo vio y quién lo ve! Cosas de la crisis que no del querer, porque para amores ya estaban Dulce y Fernando, que lo sellaron ante Dios en la iglesia del Santísimo Redentor de Las Chumberas. Así todo quedaba en casa… Y Dulce dejó la política y Fernando a la “Santísima Trinidad” de AMP. Y, juntos pero no revueltos (o sí) vinieron años de estudio, de aulas, de viajes y de proyectos. Y llegó el “Robo en Sâo Paulo” y María Anchieta y la presidencia del Círculo de Bellas Artes de Tenerife, antes de Miriam Durango. La cabra tira al monte y Dulce retomaba protagonismo público y traía la playa a Santa Cruz antes que Nacho González y pintaba de rosa la azotea del edificio. Y aprovechando a Fernando, que lo tiene cerca, y el noventa aniversario del CCBB, que celebramos con cholas esta semana, nos presenta la rehabilitación del histórico inmueble de la calle del Castillo. Y nos alegramos. Dulce (Pérez) Xerach y Fernando (Martín) Menis. Imagine

Foto: Patricia Cámpora / La Casa de la Playa

 

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