La Enseñanza Superior no se limita a la investigación, a lecciones magistrales más o menos brillantes o a impulsar prácticas que asienten competencias. También es compartir y sentir experiencias que no se olvidan.
La exrectora estaba sentada con su muceta azul turquí entre el amarillo de José Carlos Alberto y el celeste de José Gómez Soliño, también catedráticos que rigieron en su día los destinos del primer centro superior de enseñanza de Canarias.
Cosas de la crisis que no del querer, porque para amores ya estaban Dulce y Fernando, que lo sellaron ante Dios en la iglesia del Santísimo Redentor de Las Chumberas. Así todo quedaba en casa…
De nuevo en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna. Hacía años… Primero como alumno claustral y después como joven periodista de Diario de Avisos y del periódico universitario El Siglo XXI.
Esa noche, al llegar a casa, releí una de sus dedicatorias: “Con mi amistad de siempre…”, 22 de noviembre de 1991. El corazón dio un vuelco y nuestros ojos, en la distancia, volvieron a cruzarse…