El profesor Adrián Alemán.

Al igual que los periodistas Chela o Juan Alberto Santana, se nos fue hace unos días, de sopetón, Adrián Alemán, uno de los pioneros de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna, allá cuando estaba en el ala norte del Seminario Nuevo. Junto a él laboraban profesores que ya no están por estos pagos: Margarita Antón, Manuel Fernández Areal, Javier Galán y Norberto González; otros, que andan en paradero desconocido, como Paco Pérez; y los más, que siguen, en la actualidad, en la Pirámide de Guajara: Olga Álvarez, Ricardo Acirón, José Manuel de Pablos, Fernando Iturrate, Javier González Antón y Humberto Hernández.

Reivindicaba recientemente Raúl del Pozo en su columna de la última de El Mundo el calificativo “buena gente”. Y me sumo a él y asiento que Adrián Alemán era, pues eso, buena gente. Al final de todo, hasta es lo más importante. Y si Alemán le daba un adiós a la vida, otro colega, Paco Pomares, perdía en un apocalíptico incendio una vida de recuerdos, miles de libros (muchos de Ernesto Salcedo) y no sé si su colección de máquinas de escribir que una vez descubrí en su otrora despacho del periódico La Opinión de Tenerife. Su casa de Las Mimosas fue pasto de las llamas y, como si de la muerte de un ser querido se tratase, el lacrimal, seguro, no atendió a formalismos tras la desesperación del fatal desenlace. Normal. Ani Oramas, que como Adrián Alemán, ya no vela por La Laguna, también lagrimeó, comparancias y apegos aparte, cuando se quemó el Palacio Episcopal.

Este final de 2008 se está yendo con pérdidas que, más o menos, le son próximas a uno, y con el cumpleaños del pequeño Humberto, que tampoco está… Y en estas trascendencias, porqué no, una magnífica película: “Bella”. Dirigida por Alejandro Gómez Monteverde y protagonizada por Eduardo Verástegui y Tammy Blanchard, nos aprieta a la vida.

Tráiler de la película «Bella»

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