Portada número 100 de la revista Fama.

Aquellos días de finales de octubre de 2005 la antigua discoteca Tao de Santa Cruz se vestía con alfombra roja para acoger la fiesta de presentación del número uno de la revista Fama. Las hermanas Malén y Carmen Nieves González, propietarias de la boutique Diseño, y José Francisco Álvarez, máximo responsable del Grupo Bounty, ultimaban de la mano de la directora de la agencia de modelos Olé Group 2000, Fátima Sangareau, un desfile de modelos que pondría el broche de oro a la velada. Una nutrida representación de la sociedad tinerfeña se daba cita en la sala santacrucera para darle la bienvenida a la nueva publicación, que nacía con el objetivo de rellenar un hueco en el panorama informativo isleño. Detrás, un grupo de profesionales independientes del mundo de la comunicación ponía las bases para que la revista, lejos de abonar a la prensa basura, contribuyese a dignificar el periodismo social.

La prensa local se hacía eco del nacimiento de Fama y numerosos medios entrevistaban a la directora Mariam Rodríguez Jaubert, periodista licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de La Laguna, que decidía cambiar los micrófonos de la radio por el reto de participar en un difícil y apasionante reto editorial. Ya no había marcha atrás y el número dos, tres, cuatro… fueron calando entre los, cada vez, mayor número de lectores.

Especial expectación levantó la portada del número doce, que estuvo dedicada a la empresaria Mave Padrón que lució desnudo en su último mes de embarazo, al tiempo que en páginas interiores posaba junto con su pequeña recién nacida Ivanna. Mientras, Job Ledesma, periodista de La Opinión de Tenerife, hoy jefe de Prensa de la Televisión Canaria, aprovechaba el tirón del ejemplar para escribir un reportaje sobre el auge de esta prensa en las Islas.

Atendiendo a la segmentación realizada por Información y Control de Publicaciones, Fama se circunscribe en el grupo de las revistas femeninas, las que hoy por hoy tienen una mayor difusión en España, incluyendo en sus contenidos los propios de las denominadas revistas del corazón y las de moda y estilo de vida. No obstante, no podemos definir a Fama como una revista femenina en sentido estricto, ya que su criterio principal de información es de tipo temático, no de sexo. Sea como fuere, Fama se ha erigido en este tiempo en la revista de referencia en Tenerife, cogiendo el testigo, salvando las distancias, de la desaparecida Canarias Gráfica que dirigiera Domingo de Laguna.

Lo inconstante y, en ocasiones, escasa profesionalidad de las iniciativas revisteriles en Canarias, no ha hecho fácil el camino de la publicación que ahora tenemos entre las manos. Hacía falta continuidad y un buen trabajo para que los ingresos publicitarios (esencial recurso económico para las empresas periodísticas) dieran estabilidad. Con esta premisa, apostamos por un fuerte y creativo Departamento de Publicidad, situando al frente del mismo a una joven y preparada graduada en Marketing y Publicidad por el Centro Asociado de la Universidad de Vic en Canarias, Sonal A. Sadh. Y las agencias de publicidad y los anunciantes empezaron a confiar en Fama porque la inversión realizada se recuperaba con creces. De hecho, uno de los principales activos de nuestra revista es la fidelización de los anunciantes, que reconocen en ella un valor añadido y altamente rentable a su actividad empresarial.

En la actualidad, la complicada situación económica ahoga a la pequeña y mediana empresa. En este sentido, creemos primordial la búsqueda de alianzas estratégicas entre firmas con intereses comunes. Y más ahora en que el producto informativo necesita imperiosamente reinventarse ante la saturación informativa, los cambios sociales y el avance del soporte digital. Por esto, la empresa editora de Fama se encuentra inmersa en este justo momento en que celebra la consecución del número cien, en un proceso de diversificación y fortalecimiento en pos de garantizar la pervivencia de una de las cabeceras más queridas (así nos lo hacen sentir) de Tenerife y Canarias.

Con la mirada puesta ya en el número ciento uno, sólo queda agradecer la colaboración de decenas de personas que siguen creyendo en Fama. Decenas de amigos (algunos ya no están entre nosotros) que han puesto lo mejor de sí para, con generosidad, ayudar a caminar a una revista que es de todos y que mantiene intacta su vocación de servicio. Cien gracias, de verdad, a todos.

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