La lectura del libro Viñas y vinos de Miguel Ángel Torres supuso el primer acercamiento al mundo de los caldos. Era un pibe y me llamó la atención la mención que hacía a Tenerife. La cosa, confieso, engatusó, pero luego, la vida fue por otros derroteros… No obstante, la afición persiste y todavía hay interés para ahondar en su cultura y maestrías. Ya es un paso que una cuidada viña luzca paisaje frente a mi casa tacorontera, al tiempo que no descarto lanzarme, cuando la jubilación alcance (ya queda menos), a una púdica producción de vino del país para disfrute entre amigos y familia. Eso sí, tras cursar el Ciclo Superior de Vitivinicultura que se imparte en el IES La Guancha bajo el buen ojo químico de Juan Jesús Méndez, director y propietario, a la sazón, de Bodegas Viñátigo.
Méndez comparte los afanes de Hugo Luengo, presidente de la Asociación de Viticultores y Bodegueros de Canarias y de la Denominación de Origen Islas Canarias, un proyecto que nació en 2013 con la idea de aunar sinergias entre las diez restantes denominaciones que existen en Canarias (cinco en Tenerife), permitir la elaboración de vinos con uva procedente de distintas islas y comarcas, y afrontar en común la comercialización en el exterior.
En Tenerife siempre hemos sido muy canarios y, con esta apostura, Luengo se curra lo regional y tal, pero no logro entender su resistencia a la DO Vino de Tenerife, que, parece (y nos alegramos), ya ha cogido la directa con la presentación de una solicitud formal al Instituto de Calidad Agroalimentaria. Alonso y Morales, por parte del Cabildo, y una mayoría de representantes del sector, brindaron hace unos días por la causa en la Casa del Vino de El Sauzal, que dirigiera José Alfonso González Lorente, a quien le he perdido la pista aunque nos sigamos en Facebook.
A los empresarios Mario Cedrés y Toño Armas (más a este último) también les gusta el vino y también velan por su mejor salud. La vinoteca que dirigen en la calle San Sebastián de Santa Cruz, con más de 800 referencias, es una maravilla y está entre las mejores de España. En Los Cristianos, Ana Ruiloba es otra que apasiona. Su bar de vinos corteja en el mercado gastronómico La Pepa, que este fin de semana, por cierto, se lo dedica a las castañas asadas. Buen plan. Como el del Kazán y el blanco Artífice de Ycoden-Daute-Isora que disfruté con algún sashimi que otro. Y en estas, toca reconocer la estrella Michelín conseguida por El Rincón de Juan Carlos, en Los Gigantes, de los hermanos Juan Carlos y Jonathan Padrón, que reafirma la hegemonía gastronómica de Tenerife (las cinco michelines canarias son de aquí). Por eso, cuando la preeminencia del sector vitivinícola recae en Tenerife, entiendo que la marca saque pecho y se complemente con Canarias, Lanzarote, La Palma, Tacoronte-Acentejo y demás. ¿Por qué no?
Carlos Alonso, presidente del Cabildo de Tenerife, y Jesús Morales, consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca de la misma institución, lo tienen claro. Al pan, pan, y al vino, vino.