De la autarquía franquista a la globalización, 1936-2016 es el título del II Congreso de Historia del Periodismo Canario que se celebrará el 24 y 25 de noviembre en el antiguo convento de Santo Domingo de La Laguna, en cuya plaza sosiega el busto del periodista Luis Álvarez Cruz, que debe descansar en paz gracias a las pláticas, asiduas y cercanas, del párroco Lucio González. La iniciativa cuenta con un total de cuarenta comunicaciones elaboradas por investigadores que provienen de las más diversas ramas del conocimiento, incluyendo también un apartado de miscelánea con otros textos de interés. El congreso está organizado, en colaboración con la Universidad de La Laguna, por la Asociación Densura, una iniciativa historiográfica sin ánimo de lucro cuyo objetivo es dinamizar la investigación de la historia en el Archipiélago.
Viene bien este encuentro para hablar en alto de la evolución de la actividad periodística desde aquel año en que Franco planeó en Tenerife el alzamiento contra la II República española, acontecer del que escribió Víctor Zurita Soler en un reportaje publicado en 1937 en el periódico La Tarde y que, con posterioridad, se tradujo en el libro Albores de la gesta española, con dibujos de Francisco Borges, portada de Juan Davó y fotografías de Adalberto Benítez. Esta publicación, única y de la que espero ver algún día una reedición crítica, relata la estancia del general en la Isla y su salida hacia Tetuán para ponerse al frente de las tropas de Marruecos e iniciar la Guerra Civil. Desde entonces mucho ha llovido y aquel periodismo, ideológico e intelectual, en poco se parece a los ritmos frenéticos de hoy en día, en donde la actualidad se cuenta al instante en las redes sociales, al tiempo que las empresas informativas siguen inmersas en la definición de un nuevo modelo de negocio que las haga rentables.
Fernando González Urbaneja dirigirá la conferencia inaugural (Sin democracia, decae el periodismo; sin periodismo se agota la democracia), en la que abordará los cambios que ha sufrido la profesión y cómo han afectado al desempeño de sus valores éticos. Además, afrontará los problemas que plantea la relación entre políticos y periodistas, condenados a entenderse y soportarse. Por su parte, la clausura contará con el familiar Juan Cruz, profeta en su tierra, quien, divirtiéndose de nuevo en una Redacción de periódico, al igual que Carmelo Rivero (viejunos), presentará Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas. Invitará, una vez más, a pensar, sumar, disentir… ¡Qué bueno!
Detrás de este jaleo corretea el historiador Julio Yanes (Güímar, 1951), empecinado en compartir su vida con los periodistas y su obra. Eso sí, junto pero no revuelto. Desde la barrera vive mejor y coge la distancia necesaria que le exige el examen objetivo y metodológico de las fuentes que le roban el alma. De él ha cogido recortes su hija Yurena, bióloga fichada por la Universidad de Cincinnati con ganas y sapiencia para investigar, gracias al mecenazgo de National Geographic, sobre el paleoclima de Canarias a través del estudio de los concheros de la época prehispánica.
Yanes se hizo mayor con Leoncio Rodríguez y La Prensa. Y desde aquella tesis doctoral dirigida por Oswaldo Brito, que defendió en mayo de 1991, su producción científica desde la Pirámide de Guajara ha sido pródiga y enriquecedora. Los periodistas se lo agradecemos. Y la sociedad a la que sirve desde su vigía universitaria, también.