Vas a comer al Casino de Tenerife y coincides. Antes también sucedía, por señalar a unos cuantos restaurantes de postín, en el Coto de Antonio, en Los Limoneros o en el Amós, que ya no existe. Amós Lutzardo vive ahora en su El Hierro natal, donde preside el Centro de Iniciativas y Turismo. Además, es el propietario en Frontera del Hotelito Ida Inés. Mientras, la presidenta del Cabildo, Belén Allende, presume de los 18 días que la isla del Meridiano se ha abastecido solo con energías limpias gracias a la central hidroeólica Gorona del Viento. Agua y viento para generar toda la electricidad que demandan los diez mil habitantes de este placentero territorio reserva de la biosfera. La utopía energética es posible en tierra que fue de bimbaches y es de sabinas y de unos lagartos gigantes que cuidaba Juan Pedro Pérez, el hermano de Pollito de la Frontera, el puntal que hizo historia sobre el terrero. No ha nacido otro igual. De estas bregas entiende Jeremías Hernández, que rige la Federación y gobierna a su manera el Casino.

Y en el comedor de la Real Sociedad la mirada se cruza con la de Carlota Cobo, eficaz gerente de la Junta Provincial de la Asociación Española contra el Cáncer. Mujer cabal, leal y cómplice de cosas buenas, con ella todo es más fácil. Hace tiempo que no me siento en su apacible despacho del Edificio Santander. Hace tiempo, querida amiga, que no hablamos con sosiego. Compartía mesa con el vicepresidente provincial de la ong, Andrés Orozco, el tesorero, Pedro Cervino y demás integrantes de esta organización ejemplar. Tropezamos, asimismo, con Juan Antonio Rodríguez y Santiago Darnés, que continúan, perseverantes, con la cuidada Maravitia que acerca al consumidor variados productos naturales y artesanales. La idea cautivó hace dos años a las patronales turísticas canarias, que premiaron el proyecto innovador. Desde entonces trabajan con denuedo para consolidar el mercado virtual que acerca a los compradores con el pequeño o mediano productor local implicado en los valores tradicionales. ¡Cómo resistirse! ¡Cómo darle la espalda a la tierra que, en febrero, huele a mojada y a vaso vino, queso, embutido, dulce y licor! Es el apego, irrenunciable, al ciruelo que en menguante se poda para que brote la flor blanca y, luego, recojas fruta y mermelada.

Pablo Zurita, que es optimista nato e ingeniero agrónomo, es, igualmente, hombre de mercado y altramuces, o sea, chochos. Y lo ves algún sábado con Tío Víctor en el de Nuestra Señora de África y de Estefanía Hernández y Gerardo Rodríguez. Da gusto pasearse por la Recova, que prepara su 75 aniversario, y comprar y tomarte un algo en el gastronómico de Pilar Báez y Alexis Bencomo. Con Pablo coincidimos tras la sobremesa del café. Y pienso que tenemos que echarnos un envite para gritar siete, fumarnos un puro palmero y farolear con un chilajo frente al cinco de oros porque jugamos ocho, que es lo que se tercia.

Miguel Cabrera Pérez-Camacho tomó posesión, a principio de mes, del cargo que le ligará a la presidencia de la centenaria institución santacrucera durante los próximos cuatro años. Me trasladan la valía de la nueva junta directiva, de la que distingo, por razones de cercanía universitaria, a la secretaria Carmen Rubio (¡no para!) y a la vocal Susi de Lojendio, con quien lidié en el Centro Comercial Tres de Mayo, hoy bautizado Nivaria Center bajo la tutela del empresario Shyam Aswani, propietario del Plaza del Duque de Costa Adeje y del Grupo Ideal Joyeros.

Pues fui a almorzar al Casino con Katy Dorta. Solemos quedar de Pascuas a Ramos para ponernos al corriente del acontecer insulario que se cuece entre bastidores. A la psicóloga experta en temas de salud, turismo y sexo, no se le escapa una. Y me cuenta que ¡ya está bien! Y le espeto lo mismo. Nos apuntamos al menú, que saboreamos con pausa. En otra ocasión cayeron ostras.

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