Doctores tiene la Universidad de La Laguna para empujar con luces y sensatez. Y con el vicerrector de Relaciones con la Sociedad sucede. Falta hace. En medio del charco, la razón y la saludable discusión, que anhela juicio y progreso, son siempre bienvenidas.
Solemos quedar de Pascuas a Ramos para ponernos al corriente del acontecer insulario que se cuece entre bastidores. A la psicóloga experta en temas de salud, turismo y cosas de sexo, no se le escapa una. Y me cuenta que ¡ya está bien! Y le espeto lo mismo.
A propósito de la presentación del Campus América, el alcalde de La Laguna ofreció su ciudad no amurallada para entender y compartir perspectivas globales. Se lo agradecemos en este tiempo de miserias pueblerinas, polémicas en torno a Abubukaka y fotomontajes con microalgas.
Hacía más de veinte años que no entraba en el edificio de la calle Viana, número 50, de la Universidad de La Laguna. Fue como rescatar la memoria y recuperar a los vicerrectores José Luis García Pérez y Antonio Álvarez de la Rosa. Y esto fue posible gracias a Claudio Marciano di Scala, en la foto junto al arquitecto Renzo Piano.