Ilustración: María Luisa Hodgson

Beatriz Martínez Ruiz, la directora territorial del Banco Santander en Canarias, con sede en Las Palmas de Gran Canaria (¡qué raro!), le vio las orejas al lobo a raíz de que Carlos Alonso y José Manuel Bermúdez anunciaran la retirada de fondos del Cabildo (veintisiete millones de euros) y del Ayuntamiento capitalino (dos millones) de la entidad financiera después de que no encontrasen respuesta a la petición de parar los desahucios en Añaza. Ante la orden de los mandatarios poco tardó la banquista en paralizar el lanzamiento de los inquilinos en situación de vulnerabilidad. La medida surtió efecto y la solución al problema planteado llegó después de que Fernando Clavijo informase, tras una reunión mantenida en Madrid con el consejero delegado de Santander España, Rami Aboukhair, de que el Gobierno canario comprará las 358 viviendas protegidas con el objetivo de destinarlas a alquiler social. Los buitres de Cerberus revolotearán ahora sobre distintos ladrillos gracias a las maniobras de Alonso, Bermúdez y Clavijo, un ABC bien avenido, un trío incuestionable más necesario que nunca para Coalición Canaria de cara a afrontar las elecciones de mayo de 2019. Y lo sabe. Es el tridente que necesitaría el alicaído Tenerife de Miguel Concepción. Es el rival a batir que quita el sueño a populares, socialistas y demás contendientes. Entre tanto, identificado el adversario, la cuestión cardinal pasa por barajar con tino los egos y aspiraciones en el vestuario nacionalista, en especial, el del Palacio insular, que debate la designación del codiciado número dos. Es vox populi o eso parece o corre como la pólvora, entre dimes y diretes, que A regresará en el transcurso de la próxima legislatura a su alto puesto funcionarial en Bruselas para no perder la plaza (muy bien remunerada, por cierto) que ganó en su día tras superar las correspondientes oposiciones. Esta cruda (o no tanto) realidad implica que el siguiente en la lista cabildicia tiene todas las papeletas para ser, en caso de que CC sea de nuevo el partido más votado, el que suceda a A como próximo presidente de la Corporación. Y postulantes, que se sepa, tres: Alberto Bernabé, Rosa Dávila y Francisco Linares. El primero, con perfil tecnócrata y mano derecha de A, es el favorito en las apuestas. Al frente de la Consejería de Turismo y Acción Exterior goza, también, de la máxima confianza de B, de quien fue concejal de Hacienda y segundo teniente de alcalde. Tipo listo. La segunda, mano derecha de C, empezó desde abajo en la calle Galcerán y ha escalado hasta la Consejería de Hacienda del Ejecutivo autonómico. Maneja el aparato del Partido y es un hueso duro de roer afín al núcleo duro. Cuidado con ella. Es novia en el altar, niña en el bautizo y difunta en el funeral. El tercero, y no menos importante, concilia con A, B y C. El primer edil de La Orotava y secretario general de la cosa en Tenerife trama con sus colegas munícipes de la Isla en despachos y guachinches. Es perro viejo y hay que contar con él.

La ABC, por otra parte, es generosa y no ve con malos ojos crecer a cuarteto (ABCD) con el lagunero José Alberto Díaz. El muchacho le pone ganas y, poco a poco, sin alharacas, a su ritmo, se está haciendo un hueco en el ático. La Ciudad de los Adelantados es plaza codiciada y merece el respaldo de la terna. Cuatro, mejor que tres.

La erótica de la política pone. El arte del parlamento y la dialéctica pública embelesa. La trama del guion (y subtramas) engancha. Es la fascinación del poder, un plato de garbanzas (a veces, el único) que requiere, además, aguante y tragaderas. Pero cuando el espacio escénico es de verdad, ese que se afora con patas y tiene hombros y foro y chácena y un proscenio cálido porque transmite magia a la platea, el espectáculo es otro cantar. Es el territorio de Silvia de Esteban, nuestra querida actriz que se bate el cuero en Miami y que recientemente recogió el premio a la mejor intérprete en la cuarta edición del Festival Internacional de la Escena LGBTQ 2018 en español celebrado en la ciudad más poblada del estado de Florida.

Formada en la Escuela de Interpretación Cristina Rota de Madrid, esta tinerfeña, que fue Miss Internacional en el año 1990 y que ha trabajado en el mundo de la empresa, la moda, el cine y la televisión, se apasiona entre las tablas que guardan el foso. Incansable, toca y abre puertas, dirige y produce. Es la amatoria que galantea. Es la intensidad del trabajo en el Gigante del Norte que ya barrunta una próxima obra con textos de Federico García Lorca y actores de ocho nacionalidades.

Hace un tiempo paró por aquí (mundo chico) y presentó una propuesta de microteatro, un vodevil que, luego, resultó efímero. Lógico. Una vez pisas la Beach y su art decó y Coral Gables y Key Biscayne y la Pequeña Habana y Wynwood, resulta difícil no volver. Ansiadas tentaciones. Estas, sí.

 

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