Ilustración: María Luisa Hodgson

Inmersos en mil y una crisis que no dejan ver los árboles, ayer viernes, 24 de enero, la festividad de San Francisco de Sales pasó desapercibida. El patrón de periodistas y gente de buen escribir no es influencer ni cantamañanas ni tertuliano a sueldo ni progre ni hater en redes sociales. Es santo por la Iglesia católica, y eso, para una mayoría ruidosa, no es políticamente correcto. El docto clérigo francés sería hoy un fascista enrolado en la ultraderecha. Mejor silenciarlo o lincharlo en el escenario público. Menos mal que Pedro Sánchez, paladín del wokismo, vela por el bien común y por la democracia al preocuparse en la Cumbre de Davos (y en otras tantas ocasiones) de la toxicidad que generan las plataformas digitales. Mi no entender. ¿El presidente vive al margen de las malas artes que genera la maquinaria propagandística de los partidos políticos (PSOE incluido) en estas redes? ¿La mierda que arrastra el río no va con él? ¿Solo ve pajas en ojos ajenos? ¿Cuándo se retire, elevado a los altares, supervisará nubes recostado en una hamaca junto a Rodríguez Zapatero?

Hastiado de salvapatrias, monsergas y aplausos incondicionales, reconforta el premio Patricio Estévanez Murphy que concede la Asociación de Periodistas de Santa Cruz de Tenerife, presidida por Salvador García. El galardón lo recogió hace unas horas, aprovechando el santoral, Chicha Arozarena como reconocimiento a su trayectoria profesional, que transcurrió en el periódico El Día (redactora, 1976-1977), agencia Europa Press (corresponsal en Tenerife entre 1976 y 1989), Hoja del Lunes (directora en funciones, 1980-1981), Diario de Avisos (jefa de sección y redactora-jefe, 1977 a 1984) y Radio Nacional de España (redactora, jefa de informativos, subdirectora y directora territorial entre 1984 y 2008). Finalmente, en el Cabildo de Tenerife fue jefa de Gabinete de la Presidencia entre 2011 y 2013. En la actualidad, colabora en la Radio Televisión Canaria.

La galardonada se sumó a una lista precedida por Eliseo IzquierdoRicardo AcirónElfidio AlonsoJosé SiverioJosé Antonio Pardellas, Juan Carlos CarballoJorge BethencourtDaniel Cerdán y Juan Cruz.

Chicha es la primera. Y vendrán más sin necesidad de forzar nada. No es necesario. El periodismo presente no es el de la máquina de escribir. Perogrullo. Ahora, mujeres y hombres por igual se afanan en el meollo de la inmediatez. Pero la esencia no ha cambiado. Es un tesoro con memorias colgadas de árboles perennes. Luces y sombras de palabras eternas dispuestas siempre a tomar conciencia. En este hervidero trajina Liti García-Ramos. Guardiana de letras, forjada en altos picos y galerías de agua, atiende una biblioteca que, como el papel, resiste a arrinconarse en polvos de desuso.

Todavía abrazado al mundo impreso, Liti me descubre a Maresía, no el canarismo cargado de humedad marina, sino la plataforma digital de la Universidad de La Laguna que permite acceder a documentos valiosos y a periódicos y publicaciones relevantes en la historia del Archipiélago a partir de 1808. A finales de 2024 se presentó, por ejemplo, el Archivo de la Transición Democrática en Canarias, que recopila fondos documentales relacionados con la actividad política y social en las Islas durante el Tardofranquismo, la Transición y los años posteriores de consolidación democrática.

Maresía posibilita buscar atendiendo al contenido de cualquiera de sus campos disponibles: categoría, título, texto, lugar o fecha. Una vez localizada la obra, se puede acceder desde el navegador, guardarla en un dosier o descargarla. Alberga alrededor de quinientas cabeceras con más de cinco millones de páginas digitalizadas.

El olor a mar, a tinta, a prensa, a pódcast, a televisión, a revistas, a radio, a bit. El olor, a veces canalla, que posee y ansía.

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