Que el palabro de marras sea un canarismo no lo exime de la malsonancia. Es un vulgarismo, como lo son tolete o machango.
Los testimonios de los premios Canarias de Comunicación Leopoldo Fernández y José Antonio Pardellas dan pie a abordar la credibilidad del periodismo, una carrera de fondo que se conquista con renuncias, sacrificios y contenidos verosímiles y de calidad que atraigan y fidelicen audiencias. El buen periodismo es necesario, existe y es creíble.
Doctores tiene la Universidad de La Laguna para empujar con luces y sensatez. Y con el vicerrector de Relaciones con la Sociedad sucede. Falta hace. En medio del charco, la razón y la saludable discusión, que anhela juicio y progreso, son siempre bienvenidas.
En 2011 recibió el Premio Canarias de Patrimonio Histórico y en abril de 2017 la Universidad de La Laguna le honra con la Medalla de Oro. La institución académica sí tiene profetas en su tierra. Maestros honestos que portan conocimiento y riqueza ilustrada, que tanta falta hace. Con el científico Antonio Tejera Gaspar las raíces del drago se hacen más grandes. En torno a él es más fácil redescubrir.
El pueblo siempre tiene la razón. Y si no que se lo digan a José Antonio González (el Flaco), el mismo que encumbró a la murga Los Singuangos del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife y, en la actualidad, timonea a la Afilarmónica Ni Fú-Ni Fá.
La exrectora estaba sentada con su muceta azul turquí entre el amarillo de José Carlos Alberto y el celeste de José Gómez Soliño, también catedráticos que rigieron en su día los destinos del primer centro superior de enseñanza de Canarias.
Una vida. Toda una vida dedicada al Periodismo. Una vida solícita con la sociedad que corre deprisa y ora te pretende ora te deja en el tintero. Una vida que se vive intensa y se cuenta a ritmo de vértigo. Una vida que antes era bohemia y actualmente no tiene tiempo.