Su trayectoria periodística, no exenta de sinsabores (seguro), la forjó a pico y palo al igual que tantas y tantas. ¡Y las que quedan por llegar y liderar y cambiar y mover y remover y calmar! Nadie con dos dedos de frente cuestiona la igualdad de género. No hay controversia manifiesta pese a comportamientos necios y crueles.
Posiblemente, somos más canarios y universales gracias al director de Los Sabandeños y a sus acordes de caracola; envites hacia otros ritmos americanos y latinos que (tun tun) abren murallas.
En su despacho de Brickell Avenue tenía hilo directo con Emilio Botín y después con su hija Patricia. Hace algunos años decidió dejar el grupo bancario, crear una asesoría financiera y, desde la capital del mundo latino y, en breve, igualmente desde Madrid, continuar con sus aciertos, afectos y reconocimientos.