febrero 24, 2018
El caso es que la chicharrera salta al terrero vernáculo para poner en su sitio al canarión. Ellos se lo guisan, se lo comen y, de paso, engodan al periodista sediento de titulares. Somos sabandijos. Entramos al trapo con suma facilidad. ¡Cómo nos gusta el pleito insular! Pollabobas.
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